INVISALIGN, Ortodoncia Invisible 

La ortodoncia invisible es cada vez más demanda tanto por adultos como por adolescentes.

Es un sistema en el que se realiza el movimiento de los dientes a través de férulas transparentes que el paciente puede retirar y colocar fácilmente. 

¿Cómo se realiza un tratamiento de Invisalign?

Lo primero que se hace es tomar medidas de la boca del paciente, radiografías y fotos.

Se realiza un estudio y, a través de un programa de ordenador, el ortodoncista trabaja sobre una simulación donde se pueden ver todos los movimientos que necesitan los dientes del paciente para llegar a la sonrisa perfecta. 

Sin haber empezado sabemos el resultado final y qué vamos a conseguir con el tratamiento de ortodoncia.

Una vez obtenida la simulación y corroborada por el ortodoncista, se procede a fabricar las férulas que irá cambiando el paciente a lo largo del tratamiento.

¿Qué ventajas tiene el sistema Invisalign? 

  • Es un tratamiento de ortodoncia invisible que nadie aprecia que lo llevas puesto
  • Las férulas se retiran para comer, ya que son muy fáciles de poner y quitar
  • Mantener la higiene dental es más fácil que cuando se llevan brackets
  • No produce llagas en la boca
  • Las visitas al dentista son muy cómodas

En general el tratamiento de Invisalign es fácil y confortable para todos los pacientes y la solución para todos aquellos que quieren usar ortodoncia pero no quieren llevar “hierros”.


¿Que es la Odontofobia y como Afrontarla?

La mayoría percibimos cierto grado de ansiedad cuando nos toca acudir a la clínica de nuestro dentista, es algo normal y habitual. Sentimos intranquilidad o un leve miedo antes de la consulta, pero no imposibilita a la persona. En cambio, la fobia dental u odontofobia, se considera un miedo extremo e irracional al dentista y al tratamiento odontológico, que impide a la persona acudir a la consulta.  Más que un pequeño miedo, lo que siente es pánico real acompañado de ataques de sudoración y temblores que lleva a los pacientes a evitar su cuidado dental incluyendo prácticas orales de dejadez. Todos tenemos miedo a algo, pero cuando ese miedo pone en peligro nuestra salud es algo a tomarse muy seriamente.

Un 15% de la población según la OMS tiene fobia al dentista y suele deberse a una actitud aprendida del entrono o a una experiencia traumática pasada.

Hoy veremos qué es y cómo hacerle frente.

Se tiende a relacionar la palabra dentista con el dolor, pero en la actualidad la mayoría de los tratamientos se hacen con la mejor opción de sedación o anestesia específica para cada paciente, de forma que no sienta nada de dolor. Y en las tan importantes revisiones, se diagnostican y planifican los tratamientos necesarios para la prevención del dolor y del correcto cuidado bucodental.

Aun así, cómo decimos, hay gente a quién le resulta imposible acudir a consulta y necesitarían terapia medicamentosa como ansiolíticos previos al tratamiento o sedación consciente durante el tratamiento. Sea cuál sea su condición de salud dental. Os dejamos unos consejos para afrontar con mayor facilidad ese miedo y poder cuidar vuestra boca cómo se merece.

  • Rutina: Está demostrado que nos es más fácil realizar aquellas tareas que nos imponemos de manera rutinaria. Si acudes de manera habitual a tu dentista, cada visita será menos costosa que la anterior.
  • Comodidad y confianza: Es importante que encuentres un profesional con el que te sientas plenamente cómodo. Con el que crees  una relación de confianza comenzando por contarle tu fobia abiertamente. De esta manera, él podrá ayudarte a afrontar tus miedos, para que tus visitas te sean lo más fáciles y llevaderas posibles.
  • Conocimiento: Una de las causas del miedo al dentista es a lo desconocido, no vemos que nos está haciendo y tampoco conocemos la materia cómo un profesional. El conocimiento en muchos casos relaja y genera confianza, pídele a tu dentista que vaya explicándote previamente que va a realizarte.
  • Relajación: Duerme bien la noche anterior, evita los estimulantes cómo el café o bebidas con cafeína o azúcar antes de la consulta y trata de relajarte antes de entrar a la consulta. Intenta llegar con tiempo para sentarte unos minutos y poder respirar tranquilo, las prisas sólo conseguirán ponerte más nervioso.

Piensa que acudiendo de forma preventiva aumenta la posibilidad de que los tratamientos sean menos invasivos y costosos, que si dejas pasar demasiado tiempo.

¡Reúne fuerzas, respira hondo y al dentista!